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Mostrando las entradas etiquetadas como Historias en la historia

Historia de enamorados (1816)

José Francisco vivía en Caracas y durante dos años sostuvo económicamente a doña Vicenta, cuidando que nunca le faltara lo necesario para vivir. Animado por la gran amistad que había tenido con los difuntos padres de la muchacha, no dudó ni un segundo en ayudarla. Sin embargo, con el paso del tiempo, José Francisco y Vicenta terminaron por enamorarse y, fue tan grande la pasión que se profesaron, que procrearon un nuevo ser. Como en aquellos tiempos la fecundidad de una mujer soltera traía difamaciones y comentarios malsanos, Vicente acudió a las autoridades para solicitarles que le permitieran casarse con ella, esto con la intención de salvar su honor y reputación. Para Vicente era indudable la desigualdad existente entre los dos, puesto que él era pardo y doña Vicenta blanca, pero le resultaba más delicado que esa bella joven quedara sin asistencia, sin abrigo, desamparada y reducida a la más vergonzosa situación. Por eso no dudo ni un segundo, en suplicar e implorarle a la Rea

Por un juego de cartas (1820)

Al final de la tarde de un día cualquiera, don José María Montero, un tanto aburrido, se fue hasta la pulpería cercana buscando un poco de diversión y distracción. En ese entonces, la pulpería era un lugar muy visitado por la gente ya que allí compraban harina, sal, frutas secas, granos y otros víveres necesarios para su alimentación. Pero en este lugar también se vendían bebidas, entre ellas vino y aguardiente, las cuales degustaban mientras echaban una partida de cartas. A decir de muchos, en las pulperías, la gente pasaba buena parte de su tiempo y dejaban el poco dinero que ganaban, era un lugar de esparcimiento donde había juegos, peleas y duelos. Y es en una pulpería donde ocurre esta historia. Allí estaba José María, sentado en una mesa junto a su compañero de juego y la otra pareja necesaria para la partida, cada uno apostaba 4 reales por partida. Llevaban un buen rato jugando truquiflor, uno de esos juegos de baraja en el que se debe reunir tres cartas seguidas de un mismo pal

Soldados sinvergüenzas (1817)

Los vecinos que habitaban cerca de Capuchinos, al otro lado del río Guaire no eran personas adineradas, vivían de su trabajo y dedicaban buena parte de su tiempo en labrar y cultivar diversas plantas, vegetales y frutas. Estos productos no sólo les servían de alimento, sino que les permitía obtener algún dinero por la venta de sus cosechas. Como es de imaginarse, durante la guerra independentista pasaron mucho trabajo, pues entre la angustia y la zozobra propia de un conflicto bélico, tuvieron que enfrentar otros problemas y algunos de ellos estaban relacionados con soldados y militares del Regimiento de Castilla. A estos soldados, actuando de manera incorrecta y violando las leyes establecidas, no se les ocurrió otra cosa que entrar en las casas y haciendas para robarse las frutas, malojos, vituallas y todo cuanto encontraban a su paso. Además, rompieron y abrieron las vallas que dividían el lugar dejando el libre paso a todo animal que estuviese por allí. Y pobre de aquel que

Viva el Rey

Corría el año 1808 cuando Napoleón invadió España y colocó a su hermano José en el trono. Los españoles por su parte crearon la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino que tenía como misión asumir el poder del Estado ante la ausencia del rey Fernando VII. Estas noticias llegaron a la provincia de Venezuela y generaron gran expectativa entre los habitantes, quienes esperaban ansiosamente tener cualquier información de lo ocurrido en la metrópoli española. Todos querían saber cuál era el destino de su Rey y cuál sería el destino de las colonias americanas. No fue sino hasta el mes de julio, cuando por fin llegó un comisionado de la Junta Suprema de Sevilla para explicar lo sucedido e informar las medidas que se habían tomado y las que se tenían que tomar. Escuchado el asunto, el Capitán General comenzó inmediatamente a trabajar para mantener el orden de esta provincia y asegurar la fidelidad de los vecinos hacia Fernando VII y la Junta Suprema. Unos meses después comenzaron a lleg

Las indias chismosas

La india María Lorenza y su hija María Manuela vivían en la parroquia de Los Teques, pero de vez en cuando se iban hasta Antímano a realizar algunas diligencias, y porque no, para enterarse de las últimas noticias ocurridas en las zonas aledañas. Estas indias siempre estaban pendientes de todo lo que sucedía a su alrededor y todo cuanto escuchaban lo repetían como dos loritos, sin embargo, como buenas chismosas a todo hecho le agregaban condimento y, por supuesto, hablaban más de la cuenta, cosa que por cierto metía en problemas a más de uno. Un día, estando ellas en Antímano, escucharon, supuestamente, que los indios José del Rosario Flores y su esposa María Inocencia Flores, iban a dar un festín durante el día de Nuestra Señora del Carmen para celebrar la venida de Simón Bolívar. Esto pareciera no tener mucha importancia, pero en 1817, en plena Guerra de Independencia, era un problemón de marca mayor. El chisme del festín, comentado por María Lorenza y su hija, corrió de boca en boc